jueves, 30 de agosto de 2018

Escritores del Modernismo

Unidad Educativa de las Fuerzas Armadas FAE N#3 TAURA

Nombre: David Santiago Barahona Cabanilla
Lic: Carmén Vasquez

1)Rubén Darío:

Ruben Dario (1915) cropped.jpg


Biografía:

Comienzos

Fue el primer hijo de Manuel García y Rosa Sarmiento, quienes se habían casado en León (Nicaragua) en 1866, tras conseguir las dispensas eclesiásticas necesarias, pues se trataba de primos segundos.[cita requerida] Sin embargo, la conducta de Manuel, aficionado en exceso al alcohol y a las mujeres,1​ hizo que Rosa, ya embarazada, tomara la decisión de abandonar el hogar conyugal y refugiarse en la ciudad de Metapa, en la que dio a luz a su hijo, Félix Rubén.23​ El matrimonio terminaría por reconciliarse, e incluso Rosa llegó a dar a luz a otra hija de Manuel, Cándida Rosa, quien murió a los pocos días. La relación se volvió a deteriorar y Rosa abandonó a su marido para ir a vivir con su hijo en casa de una tía suya, Bernarda Sarmiento, que vivía con su esposo, el coronel Félix Ramírez Madregil, en la misma ciudad de León. Rosa Sarmiento conoció poco después a otro hombre, y estableció con él su residencia en San Marcos de Colón, en el departamento de Choluteca, en Honduras.23
Aunque según su fe de bautismo el primer apellido de Rubén era García, la familia paterna era conocida desde generaciones por el apellido Darío. El propio Rubén lo explica en su autobiografía:
Según lo que algunos ancianos de aquella ciudad de mi infancia me han referido, uno de mis tatarabuelos tenía por nombre Darío. En la pequeña población conocíale todo el mundo por don Darío; a sus hijos e hijas, por los Daríos, las Daríos. Fue así desapareciendo el primer apellido, a punto de que mi bisabuela paterna firmaba ya Rita Darío; y ello, convertido en patronímico, llegó a adquirir valor legal; pues mi padre, que era comerciante, realizó todos sus negocios ya con el nombre de Manuel Darío .
La niñez de Rubén Darío transcurrió en la ciudad de León, criado por sus tíos abuelos Félix y Bernarda, a quienes consideró en su infancia sus verdaderos padres (de hecho, durante sus primeros años firmaba sus trabajos escolares como Félix Rubén Ramírez). Apenas tuvo contacto con su madre, que residía en Honduras, y con su padre, a quien llamaba "tío Manuel".
Sobre sus primeros años hay pocas noticias, aunque se sabe que a la muerte del coronel Félix Ramírez, en 1871, la familia pasó apuros económicos, e incluso se pensó en colocar al joven Rubén como aprendiz de sastre. Según su biógrafo Edelberto Torres, asistió a varias escuelas de la ciudad de León antes de pasar, en los años 1879 y 1880, a educarse con los jesuitas.
Lector precoz, en su Autobiografía señala:
Fui algo niño prodigio. A los tres años sabía leer; según se me ha contado.
Entre los primeros libros que menciona haber leído están el Quijote, las obras de MoratínLas mil y una noches, la Biblia, los Oficios de Cicerón, y la Corina (Corinne) de Madame de Staël.6​ Pronto empezó también a escribir sus primeros versos: se conserva un soneto escrito por él en 1879, y publicó por primera vez en un periódico poco después de cumplir los trece años: se trata de la elegía Una lágrima, que apareció en el diario El Termómetro, de la ciudad de Rivas, el 26 de julio de 1880. Poco después colaboró también en El Ensayo, revista literaria de León, y alcanzó fama como "poeta niño". En estos primeros versos, según Teodosio Fernández,2​ sus influencias predominantes eran los poetas españoles de la época ZorrillaCampoamorNúñez de Arce y Ventura de la Vega. Más adelante, sin embargo, se interesó mucho por la obra de Víctor Hugo, que tendría una influencia determinante en su labor poética. Sus obras de esta época muestran también la impronta del pensamiento liberal, hostil a la excesiva influencia de la Iglesia católica, como es el caso su composición El jesuita, de 1881. En cuanto a su actitud política, su influencia más destacada fue el ecuatoriano Juan Montalvo, a quien imitó deliberadamente en sus primeros artículos periodísticos.7​ Ya en esta época (contaba catorce años) proyectó publicar un primer libro, Poesías y artículos en prosa, que no vería la luz hasta el cincuentenario de su muerte. Poseía una superdotada memoria, gozaba de una creatividad y retentiva genial, y era invitado con frecuencia a recitar poesía en reuniones sociales y actos públicos.2
En diciembre de ese mismo año se trasladó a Managua, capital del país, a instancias de algunos políticos liberales que habían concebido la idea de que, dadas sus dotes poéticas, debería educarse en Europa a costa del erario público. No obstante, el tono anticlerical de sus versos no convenció al presidente del Congreso, el conservador Pedro Joaquín Chamorro y Alfaro, y se resolvió que estudiaría en la ciudad nicaragüense de Granada. Rubén, sin embargo, prefirió quedarse en Managua, donde continuó su actividad periodística, colaborando con los diarios El Ferrocarril y El Porvenir de Nicaragua. Poco después, en agosto de 1882, se embarcaba en el puerto de Corinto, hacia El Salvador.

En El Salvador

En El Salvador, el joven Darío fue presentado por el poeta Joaquín Méndez al presidente de la república, Rafael Zaldívar, quien lo acogió bajo su protección. Allí conoció al poeta salvadoreño Francisco Gavidia, gran conocedor de la poesía francesa. Bajo sus auspicios, Darío intentó por primera vez adaptar el verso alejandrinofrancés a la métrica castellana.8​ El uso del verso alejandrino se convertiría después en un rasgo distintivo no sólo de la obra de Darío, sino de toda la poesía modernista. Aunque en El Salvador gozó de bastante celebridad y llevó una intensa vida social, participando en festejos como la conmemoración del centenario de Bolívar, que abrió con la recitación de un poema suyo, más tarde las cosas comenzaron a empeorar: pasó penalidades económicas y enfermó de viruela, por lo cual en octubre de 1883, todavía convaleciente, regresó a su país natal.
Tras su regreso, residió brevemente en León y después en Granada, pero finalmente se trasladó de nuevo a Managua, donde encontró trabajo en la Biblioteca Nacional, y reanudó sus amoríos con Rosario Murillo. En mayo de 1884 fue condenado por vagancia a la pena de ocho días de obra pública, aunque logró eludir el cumplimiento de la condena. Por entonces continuaba experimentando con nuevas formas poéticas, e incluso llegó a tener un libro listo para su impresión, que iba a titularse Epístolas y poemas. Este segundo libro tampoco llegó a publicarse: habría de esperar hasta 1888, en que apareció por fin con el título de Primeras notas. Probó suerte también con el teatro, y llegó a estrenar una obra, titulada Cada oveja..., que tuvo cierto éxito, pero que hoy se ha perdido. No obstante, encontraba insatisfactoria la vida en Managua y, aconsejado por el salvadoreño Juan José Cañas,910​ optó por embarcarse para Chile, hacia donde partió el 5 de junio de 1886.

En Chile


Periplo centroamericano
[editar]En su etapa chilena, Darío vivió en condiciones muy precarias, y tuvo además que soportar continuas humillaciones por parte de la aristocracia del país, que lo despreciaba por su escaso refinamiento. No obstante, llegó a hacer algunas amistades, como el hijo del entonces presidente de la República, el poeta Pedro Balmaceda Toro. Gracias al apoyo de éste y de otro amigo, Manuel Rodríguez Mendoza, a quien el libro está dedicado, logró Darío publicar su primer libro de poemas, Abrojos, que apareció en marzo de 1887. Entre febrero y septiembre de 1887, Darío residió en Valparaíso, donde participó en varios certámenes literarios. De regreso en la capital, encontró trabajo en el diario El Heraldo, con el que colaboró entre febrero y abril de 1888. En el mes de julio, apareció en Valparaíso, gracias a la ayuda de sus amigos Eduardo Poirier y Eduardo de la Barra, Azul..., el libro clave de la recién iniciada revolución literaria modernista. Azul...recopilaba una serie de poemas y de textos en prosa que ya habían aparecido en la prensa chilena entre diciembre de 1886 y junio de 1888. El libro no tuvo un éxito inmediato, pero fue muy bien acogido por el influyente novelista y crítico literario español Juan Valera, quien publicó en el diario madrileño El Imparcial, en octubre de 1888, dos cartas dirigidas a Rubén Darío, en las cuales, aunque reprochaba a Darío sus excesivas influencias francesas (su "galicismo mental", según la expresión utilizada por Valera), reconocía en él a "un prosista y un poeta de talento". Fueron estas cartas de Valera, luego divulgadas en la prensa chilena y de otros países, las que consagraron definitivamente la fama de Darío.
Esta fama le permitió obtener el puesto de corresponsal del diario La Nación, de Buenos Aires, que era en la época el periódico de mayor difusión de toda Hispanoamérica. Poco después de enviar su primera crónica a La Nación, emprendió el viaje de regreso a Nicaragua. Tras una breve escala en Lima, donde conoció al escritor Ricardo Palma, llegó al puerto de Corinto el 7 de marzo de 1889. En la ciudad de León fue agasajado con un recibimiento triunfal. No obstante, se detuvo poco tiempo en Nicaragua, y enseguida se trasladó a San Salvador, donde fue nombrado director del diario La Unión, defensor de la unión centroamericana. En San Salvador contrajo matrimonio civil con Rafaela Contreras Cañas, hija de un famoso orador hondureñoÁlvaro Contreras, el 21 de junio de 1890. Al día siguiente de su boda, se produjo un golpe de estado contra el entonces presidente, el general Francisco Menéndez, cuyo principal artífice fue el general Ezeta (que había estado presente, en calidad de invitado, en la boda de Darío). Aunque el nuevo presidente quiso ofrecerle cargos de responsabilidad, Darío prefirió irse del país. A finales de junio se trasladó a Guatemala, en tanto que la recién casada permanecía en El Salvador. En Guatemala, el presidente Manuel Lisandro Barillas estaba iniciando los preparativos de una guerra contra El Salvador, y Darío publicó en el diario guatemalteco El Imparcial un artículo, titulado "Historia negra", denunciando la traición de Ezeta.
En diciembre de 1890 le fue encomendada la dirección de un periódico de nueva creación, El Correo de la Tarde. Ese mismo año publicó en Guatemala la segunda edición de su exitoso libro de poemas Azul..., sustancialmente ampliado, y llevando como prólogo las dos cartas de Juan Valera que habían supuesto su consagración literaria (desde entonces, es habitual que las cartas de Valera aparezcan en todas las ediciones de este libro de Rubén Darío). Entre las adiciones importantes a la segunda edición de Azul... destacan los Sonetos áureos (CaupolicánVenus y De invierno) y Los medallones en número de seis,12​ a los que se suman los Èchos, tres poemas redactados en francés. En enero del año siguiente, su esposa, Rafaela Contreras, se reunió con él en Guatemala, y el 11 de febrero contrajeron matrimonio religioso en la catedral de Guatemala. En junio, el diario que dirigía Darío, El Correo de la Tarde, dejó de percibir la subvención gubernamental, y tuvo que cerrar. Darío optó por probar suerte en Costa Rica, y se instaló en agosto de ese año en la capital del país, San José. En Costa Rica, donde apenas era capaz de sacar adelante a su familia, agobiado por las deudas a pesar de algunos empleos eventuales, nació su primer hijo, Rubén Darío Contreras, el 12 de noviembre de 1891.

Viajes

Al año siguiente, dejando a su familia en Costa Rica, marchó a Guatemala, y luego a Nicaragua, en busca de mejor suerte. Inesperadamente, el gobierno nicaragüense lo nombró miembro de la delegación que ese país iba a enviar a Madrid con motivo del cuarto centenario del descubrimiento de América, lo que para Darío suponía ver realizado su sueño de viajar a Europa.
En el viaje hacia España hizo escala en La Habana, donde conoció al poeta Julián del Casal, y a otros artistas, como Aniceto Valdivia y Raoul Cay. El 14 de agosto de 1892 desembarcó en Santander, desde donde siguió viaje por tren hacia Madrid. Entre las personalidades que frecuentó en la capital de España están los poetas Gaspar Núñez de ArceJosé Zorrilla y Salvador Rueda, los novelistas Juan Valera y Emilia Pardo Bazán, el erudito Marcelino Menéndez Pelayo, y varios destacados políticos, como Emilio Castelar y Antonio Cánovas del Castillo. En noviembre regresó de nuevo a Nicaragua, donde recibió un telegrama procedente de San Salvador en que se le notificaba la enfermedad de su esposa, que falleció el 23 de enero de 1893.
A comienzos de 1893, Rubén permaneció en Managua, donde renovó sus amoríos con Rosario Murillo, cuya familia le obligó a contraer matrimonio con la joven.13​ En abril viajó a Panamá, donde recibió la noticia de que su amigo, el presidente colombiano Miguel Antonio Caro le había concedido el cargo de cónsul honorífico en Buenos Aires. Dejó a Rosario en Panamá, y emprendió el viaje hacia la capital argentina (en un periplo que primero lo lleva a Norteamérica y Europa), pasa brevemente por Nueva York, ciudad en la que conoce al ilustre poeta cubano José Martí, con quien le unían no pocas afinidades; y luego realiza su sueño juvenil de viajar a París, donde fue introducido en los medios bohemios por el guatemalteco Enrique Gómez Carrillo y el español Alejandro Sawa. En la capital francesa, conoció a Jean Moréas y tuvo un decepcionante encuentro con su admirado Paul Verlaine (posiblemente el poeta francés que más influyó en su obra). Finalmente, el 13 de agosto de 1893 llegó a Buenos Aires, ciudad que le causó una honda impresión. Atrás quedó su esposa Rosario, encinta del poeta. El 26 de diciembre da a luz un niño, bautizado como Darío Darío, del cual diría su madre: "su parecido con el padre era perfecto". Sin embargo, la criatura morirá a consecuencia del tétano14​ al mes y medio de nacido, porque su abuela materna le cortó el cordón umbilical con unas tijeras que no estaban desinfectadas.15

En Argentina

El 3 de mayo de 1895 murió su madre, Rosa Sarmiento, a quien el poeta apenas había conocido, pero cuya muerte le afectó considerablemente. En octubre del mismo año surgió un nuevo contratiempo, ya que el gobierno colombiano suprimió su consulado en Buenos Aires, por lo cual Darío se quedó sin una importante fuente de ingresos. Para remediarlo, obtuvo un empleo como secretario de Carlos Carlés, director general de Correos y Telégrafos.En Buenos Aires, Darío fue muy bien recibido por los medios intelectuales. Colaboró con varios periódicos: además de en La Nación, del que ya era corresponsal, publicó artículos en La PrensaLa Tribuna y El Tiempo, por citar algunos. Su trabajo como cónsul de Colombiaera meramente honorífico, ya que, como él mismo indica en su autobiografía, "no había casi colombianos en Buenos Aires y no existían transacciones ni cambios comerciales entre Colombia y la República Argentina".16​ En la capital argentina llevó una vida de desenfreno, siempre al borde de sus posibilidades económicas, y sus excesos con el alcohol fueron causa de que tuviera que recibir cuidados médicos en varias ocasiones. Entre los personajes que trató allí se encuentran políticos ilustres, como Bartolomé Mitre, pero también poetas como el mexicano Federico Gamboa, el boliviano Ricardo Jaimes Freyre y los argentinos Rafael Obligado y Leopoldo Lugones.
En 1896, en Buenos Aires, publicó dos libros cruciales en su obra: Los raros, una colección de artículos sobre los escritores que, por una razón u otra, más le interesaban; y, sobre todo, Prosas profanas y otros poemas, el libro que supuso la consagración definitiva del Modernismo literario en español. Como el propio Rubén explica en su autobiografía, con el tiempo los poemas de este libro alcanzarían una gran popularidad en todos los países de lengua española. Sin embargo, en sus comienzos no fue tan bien recibido como hubiera sido de esperar.
Las peticiones de Darío al gobierno nicaragüense para que le concediese un cargo diplomático no fueron atendidas; sin embargo, el poeta vio una posibilidad de viajar a Europa cuando supo que La Nación necesitaba un corresponsal en España que informase de la situación en el país tras el desastre de 1898. Con motivo de la intervención militar de los Estados Unidos en Cuba, Rubén Darío acuñó, dos años antes que lo hiciera José Enrique Rodó, la oposición metafórica entre Ariel(personificación de Latinoamérica) y Calibán (el monstruo que representa metafóricamente los Estados Unidos).17​ El 3 de diciembre de 1898, Darío se embarcaba de nuevo rumbo a Europa. El 22 de diciembre llegaba a Barcelona.

Entre París y España

Darío llegó a España con el compromiso, que cumplió impecablemente, de enviar cuatro crónicas mensuales a La Nación acerca del estado en que se encontraba la nación española tras su derrota frente a Estados Unidos en la Guerra hispano-estadounidense, y la pérdida de sus posesiones coloniales de CubaPuerto RicoFilipinas y la isla de Guam. Estas crónicas terminarían recopilándose en un libro, que apareció en 1901, titulado España Contemporánea. Crónicas y retratos literarios. En ellas, Rubén manifiesta su profunda simpatía por España, y su confianza en la recuperación de la nación, a pesar del estado de abatimiento en que la encontraba.
En España, Darío despertó la admiración de un grupo de jóvenes poetas defensores del Modernismo (movimiento que no era en absoluto aceptado por los autores consagrados, especialmente los pertenecientes a la Real Academia Española). Entre estos jóvenes modernistas estaban algunos autores que luego brillarían con luz propia en la historia de la literatura española, como Juan Ramón JiménezRamón María del Valle-Inclán y Jacinto Benavente, y otros que hoy están bastante más olvidados, como Francisco VillaespesaMariano Miguel de Val, director de la revista Ateneo, y Emilio Carrere.
En 1899, Rubén Darío, que continuaba legalmente casado con Rosario Murillo, conoció, en los jardines de la Casa de Campo de Madrid, a la hija del jardinero, Francisca Sánchez del Pozo, una campesina analfabeta natural de Navalsauz (Ávila), que se convertiría en la compañera de sus últimos años. Él la llevó a París y le enseñó a leer y a escribir, se casaron por lo civil y le dio tres hijos, de los cuales solo uno le sobrevivirá; fue el gran amor de su vida y el poeta le dedicó su poema "A Francisca":
Ajena al dolo y al sentir artero, / llena de la ilusión que da la fe, / lazarillo de Dios en mi sendero, / Francisca Sánchez, acompañamé...
En el mes de abril de 1900 Darío visitó por segunda vez París, con el encargo de La Nación de cubrir la Exposición Universal que ese año tuvo lugar en la capital francesa. Sus crónicas sobre este tema serían recogidas posteriormente en el libro Peregrinaciones. Por entonces conoció en la Ciudad Luz a Amado Nervo, quien sería su amigo cercano.18
En los primeros años del siglo XX, Darío fijó su lugar de residencia en la capital de Francia, y alcanzó una cierta estabilidad, no exenta de infortunios. En 1901 publicó en París la segunda edición de Prosas profanas. Ese mismo año Francisca dio a luz a una hija del poeta, Carmen Darío Sánchez, y, tras el parto, viajó a París a reunirse con él, dejando la niña al cuidado de sus abuelos. La niña fallecería de viruela poco después, sin que su padre llegara a conocerla.
En 1902, Darío conoció en la capital francesa a un joven poeta español, Antonio Machado, declarado admirador de su obra. En marzo de 1903 fue nombrado cónsul de Nicaragua, lo cual le permitió vivir con mayor desahogo económico. Al mes siguiente nació su segundo hijo con Francisca, Rubén Darío Sánchez, apodado por su padre "Phocás el campesino". Durante esos años, Darío viajó por Europa, visitando, entre otros países, el Reino UnidoBélgicaAlemania e Italia.
Eres los Estados Unidos, / eres el futuro invasor / de la América ingenua que tiene sangre indígena, / que aún reza a Jesucristo y aún habla en español.En 1905 se desplazó a España como miembro de una comisión nombrada por el gobierno nicaragüense cuya finalidad era resolver una disputa territorial con Honduras. Ese año publicó en Madrid el tercero de los libros capitales de su obra poética: Cantos de vida y esperanza, los cisnes y otros poemas, editado por Juan Ramón Jiménez. También datan de 1905 algunos de sus más memorables poemas, como "Salutación del optimista" y "A Roosevelt", en los cuales enaltece el carácter hispánico frente a la amenaza del imperialismo estadounidense. En particular, el segundo, dirigido al entonces presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt:
Ese mismo año de 1905, el hijo habido con Francisca Sánchez, "Phocás el campesino", falleció víctima de una bronconeumonía.
En 1906 participó, como secretario de la delegación nicaragüense, en la Tercera Conferencia Panamericana que tuvo lugar en Río de Janeiro. Con este motivo escribió su poema "Salutación del águila", que ofrece una visión de Estados Unidos muy diferente de la de sus poemas anteriores:
Bien vengas, mágica águila de alas enormes y fuertes / a extender sobre el Sur tu gran sombra continental, / a traer en tus garras, anilladas de rojos brillantes, / una palma de gloria, del color de la inmensa esperanza, / y en tu pico la oliva de una vasta y fecunda paz.
Este poema fue muy criticado por algunos autores que no entendieron el súbito cambio de opinión de Rubén con respecto a la influencia de Estados Unidos en América latina. En Río de Janeiro, el poeta protagonizó un oscuro romance con una aristócrata, tal vez la hija del embajador ruso en Brasil. Parece ser que por entonces concibió la idea de divorciarse de Rosario Murillo, de quien llevaba años separado. De regreso a Europa, hizo una breve escala en Buenos Aires. En Parísse reunió con Francisca Sánchez, y juntos fueron a pasar el invierno de 1907 a Mallorca, isla en la que frecuentó la compañía del después poeta futurista Gabriel Alomar y del pintor Santiago Rusiñol. Inició una novela, La Isla de Oro, que no llegó a terminar, aunque algunos de sus capítulos aparecieron por entregas en La Nación. Por aquella época, Francisca dio a luz a una niña que falleció al nacer.
Interrumpió su tranquilidad la llegada a París de su esposa, Rosario Murillo, que se negaba a aceptar el divorcio a menos que se le garantizase una compensación económica que el poeta juzgó desproporcionada. En marzo de 1907, cuando iba a partir para París, Darío, cuyo alcoholismo estaba ya muy avanzado, cayó gravemente enfermo. Cuando se recuperó, regresó a París, pero no pudo llegar a un acuerdo con su esposa, por lo que decidió regresar a Nicaragua para presentar su caso ante los tribunales. A fines de año nació el cuarto hijo del poeta y Francisca, Rubén Darío Sánchez, apodado por su padre "Güicho", y el único hijo superviviente de la pareja.

Embajador en Madrid

Durante el desempeño de su cargo diplomático, se enemistó con su antiguo amigo Alejandro Sawa, quien le había solicitado ayuda económica sin que sus peticiones fueran escuchadas por Darío. La correspondencia entre ambos da a entender que Sawa fue el verdadero autor de algunos de los artículos que Darío había publicado en La NaciónDespués de dos breves escalas en Nueva York y en Panamá, el poeta llegó a Nicaragua, donde se le tributó un recibimiento triunfal, y se le colmó de honores, aunque no tuvo éxito en su demanda de divorcio. Además, no se le pagaron los honorarios que se le debían por su cargo de cónsul, por lo que se vio imposibilitado de regresar a París. Después de meses de gestiones, consiguió otro nombramiento, esta vez como ministro residente en Madrid del gobierno nicaragüense de José Santos Zelaya. Tuvo problemas, sin embargo, para hacer frente a los gastos de su legación ante lo reducido de su presupuesto, y pasó dificultades económicas durante sus años como embajador, que solo pudo solucionar en parte gracias al sueldo que recibía de La Nación y en parte gracias a la ayuda de su amigo y director de la revista Ateneo, Mariano Miguel de Val, que se ofreció como secretario gratuito de la legación de Nicaragua cuando la situación económica era insostenible y en cuya casa, en la calle Serrano 27,19​ instaló la sede. Cuando Zelaya fue derrocado, Darío tuvo que renunciar a su puesto diplomático, lo que hizo el 25 de febrero de 1909.20​ Permaneció fiel a Zelaya, a quien había elogiado desmedidamente en su libro Viaje a Nicaragua e Intermezzo tropical, y con el que colaboró en la redacción del libro de este Estados Unidos y la revolución de Nicaragua, en el que acusaba a Estados Unidos y al dictador guatemalteco, Manuel Estrada Cabrera, de haber tramado el derrocamiento de su gobierno.

Últimos años y muerte

Tras abandonar su puesto al frente de la legación diplomática nicaragüense, Darío se trasladó de nuevo a París, donde se dedicó a preparar nuevos libros, como Canto a la Argentina, encargado por La Nación. Por entonces, su alcoholismo le causaba frecuentes problemas de salud, y crisis psicológicas, caracterizadas por momentos de exaltación mística y por una fijación obsesiva con la idea de la muerte.
Por la primera vez, después de treinta y tres años de dominio absoluto, se apedreó la casa del viejo Cesáreo que había imperado. Y allí se vio, se puede decir, el primer relámpago de la revolución que trajera el destronamiento.23En 1910, viajó a México como miembro de una delegación nicaragüense para conmemorar el centenario de la independencia del país. Sin embargo, el gobierno nicaragüense cambió mientras se encontraba de viaje, y el dictador mexicano Porfirio Díaz se negó a recibir al escritor. Sin embargo, Darío fue recibido triunfalmente por el pueblo mexicano, que se manifestó a favor del poeta y en contra de su gobierno.22​ En su autobiografía, Darío relaciona estas protestas con la Revolución mexicana, entonces a punto de producirse:
Ante el desaire del gobierno mexicano, Darío zarpó hacia La Habana, donde, bajo los efectos del alcohol, intentó suicidarse. En noviembre de 1910 regresó de nuevo a París, donde continuó siendo corresponsal del diario La Nación y desempeñó un trabajo para el Ministerio de Instrucción Pública mexicano que tal vez le había sido ofrecido a modo de compensación por la humillación sufrida.
En 1912 aceptó la oferta de los empresarios uruguayos Rubén y Alfredo Guido para dirigir las revistas Mundial y Elegancias. Para promocionar estas publicaciones, partió en gira por América Latina, visitando, entre otras ciudades, Río de JaneiroSão PauloMontevideo y Buenos Aires. Fue también por esta época cuando el poeta redactó su autobiografía, que apareció publicada en la revista Caras y caretas con el título de La vida de Rubén Darío escrita por él mismo; y la obra Historia de mis libros, muy interesante para el conocimiento de su evolución literaria.
Tras el final de esta gira, tras desligarse de su contrato con los hermanos Guido, regresó a París, y, en 1913, viajó a Mallorca invitado por Joan Sureda, y se alojó en la cartuja de Valldemosa, en la que tres cuartos de siglo atrás habían residido Chopin y George Sand. En esta isla empezó Rubén la novela El oro de Mallorca, que es, en realidad, una autobiografía novelada. Se acentuó, sin embargo, el deterioro de su salud mental, debido a su alcoholismo. En diciembre regresó a Barcelona, donde se hospedó en casa del general Zelaya, que había sido su protector mientras fue presidente de Nicaragua. En enero de 1914 regresó a París, donde pleiteó largamente con los hermanos Guido, que aún le debían una importante suma de sus honorarios. En mayo se instaló en Barcelona, donde dio a la imprenta su última obra poética de importancia, Canto a la Argentina y otros poemas, que incluye el poema laudatorio del país austral que había escrito años atrás por encargo de La Nación. Su salud estaba ya muy deteriorada: sufría de alucinaciones, y estaba patológicamente obsesionado con la idea de la muerte.
El archivo de Rubén Darío fue donado por Francisca Sánchez al gobierno de España en 1956 y ahora está en la Biblioteca de la Universidad Complutense de Madrid. Con Darío tuvo Francisca cuatro hijos -tres murieron siendo muy niños, el otro en la madurez, está enterrado en México-. Muerto Darío, Francisca se casó con José Villacastín, un hombre culto, que gastó toda su fortuna en recoger la obra de Rubén que se encontraba dispersa por todo el mundo y que entregó para su publicación al editor Aguilar, de quien era buen amigo.Al estallar la Primera Guerra Mundial, partió hacia América, con la idea de defender el pacifismo para las naciones americanas. Atrás quedó Francisca con sus dos hijos supervivientes, a quienes el abandono del poeta habría de arrojar poco después a la miseria. En enero de 1915 leyó, en la Universidad de Columbia, de Nueva York, su poema "Pax". Siguió viaje hacia Guatemala, donde fue protegido por su antiguo enemigo, el dictador Estrada Cabrera, y por fin, a finales de año, regresó a su tierra natal en Nicaragua. Llegó a León, la ciudad de su infancia, el 7 de enero de 1916 y falleció menos de un mes después, el 6 de febrero. Las honras fúnebres duraron varios días presididas por el Obispo de León Simeón Pereira y Castellón y el presidente Adolfo Díaz Recinos. Fue sepultado en la Catedral de León el 13 de febrero del mismo año, al pie de la estatua de San Pablo cerca del presbiterio debajo de un león de concreto, arena y cal hecho por el escultor granadino Jorge Navas Cordonero; dicho león se asemeja al León de LucernaSuiza, hecho por el escultor danés Bertel Thorvaldsen (1770-1844).
Bibliografía:

Poesía (primeras ediciones)

  • Abrojos. Santiago de Chile: Imprenta Cervantes, 1887.
  • Rimas. Santiago de Chile: Imprenta Cervantes, 1887.
  • Azul.... Valparaíso: Imprenta Litografía Excelsior, 1888. Segunda edición, ampliada: Guatemala: Imprenta de La Unión, 1890. Tercera edición: Buenos Aires, 1905.
  • Canto épico a las glorias de Chile Editor MC0031334: Santiago de Chile, 1887.55
  • Primeras notas, [Epístolas y poemas, 1885]. Managua: Tipografía Nacional, 1888.
  • Prosas profanas y otros poemas. Buenos Aires, 1896. Segunda edición, ampliada: París, 1901.
  • Cantos de vida y esperanza. Los cisnes y otros poemas. Madrid, Tipografía de Revistas de Archivos y Bibliotecas, 1905.
  • Oda a Mitre. París: Imprimerie A. Eymeoud, 1906.
  • El canto errante. Madrid, Tipografía de Archivos, 1907.
  • Poema del otoño y otros poemas, Madrid: Biblioteca "Ateneo", 1910.
  • Canto a la Argentina y otros poemas. Madrid, Imprenta Clásica Española, 1914.
  • Lira póstuma. Madrid, 1919.

Prosa (primeras ediciones)

  • Los raros. Buenos Aires: Talleres de "La Vasconia", 1896. Segunda edición, aumentada: Madrid: Maucci, 1905.
  • España contemporánea. París: Librería de la Vda. de Ch. Bouret, 1901.
  • Peregrinaciones. París. Librería de la Vda. de Ch. Bouret, 1901.
  • La caravana pasa. París: Hermanos Garnier, 1902.
  • Tierras solares. Madrid: Tipografía de la Revista de Archivos, 1904.
  • Opiniones. Madrid: Librería de Fernando Fe, 1906.
  • El viaje a Nicaragua e Intermezzo tropical. Madrid: Biblioteca "Ateneo", 1909.
  • Letras (1911).
  • Todo al vuelo. Madrid: Juan Pueyo, 1912.
  • La vida de Rubén Darío escrita por él mismo. Barcelona: Maucci, 1913.
  • La isla de oro (1915) (inconclusa).
  • Historia de mis libros. Madrid, Librería de G. Pueyo, 1916.
  • Prosa dispersa. Madrid, Mundo Latino, 1919.

Obras completas

  • Obras completas. Prólogo de Alberto Ghiraldo. Madrid: Mundo Latino, 1917-1919 (22 volúmenes).
  • Obras completas. Edición de Alberto Ghiraldo y Andrés González Blanco. Madrid: Biblioteca Rubén Darío, 1923-1929 (22 volúmenes).
  • Obras poéticas completas. Madrid: Aguilar, 1932.
  • Obras completas. Edición de M. Sanmiguel Raimúndez y Emilio Gascó Contell. Madrid: Afrodisio Aguado, 1950-1953 (5 volúmenes).
  • Poesías. Edición de Ernesto Mejía Sánchez. Estudio preliminar de Enrique Ardenson Imbert. México: Fondo de Cultura Económica, 1952.
  • Poesías completas. Edición de Alfonso Méndez Plancarte. Madrid: Aguilar, 1952. Edición revisada, por Antonio Oliver Belmás, en 1957.
  • Obras completas. Madrid: Aguilar, 1971 (2 volúmenes).
  • Poesía. Edición de Ernesto Mejía Sánchez. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1977.
  • Obras completas. Madrid: Aguilar, 2003. (A pesar del título, solo contiene sus obras en verso. Reproduce la edición de Poesías completas de 1957).
  • Obras completas. Edición de Julio Ortega con la colaboración de Nicanor Vélez. Barcelona: Galaxia Gutenberg, 2007- ISBN 978-84-8109-704-7. Está prevista la publicación de tres volúmenes (I Poesía; II Crónicas; III Cuentos, crítica literaria y prosa varia), de los que solo el primero ha aparecido hasta el momento.

Algunas ediciones actuales

  • Autobiografía. Oro de Mallorca. Introducción de Antonio Piedra. Madrid, Mondadori, 1990. ISBN 84-397-1711-3.
  • Azul.../ Cantos de vida y esperanza. Edición crítica de José María Martínez. Madrid, Cátedra, 2000. ISBN 84-376-1371-X.
  • Páginas escogidas. Edición de Ricardo Gullón. Madrid: Cátedra, 1988. ISBN 84-376-0184-3.
  • Prosas profanas. Edición de José Olivio Jiménez. Madrid, Alianza Editorial, 1992. ISBN 84-206-0568-9.
  • Prosas profanas y otros poemas. Edición de Ignacio M. Zulueta. Madrid, Castalia (col. "Clásicos Castalia" nº 132), 1992. ISBN 84-7039-416-9.

Bibliografía pasiva

  • Fernández, Teodosio: Rubén Darío. Madrid, Historia 16 Quórum, 1987. Colección "Protagonistas de América". ISBN 84-7679-082-1.
  • Ferreiro Villanueva, Cristina: Claves de la obra poética de Rubén Darío. Madrid:Ciclo Editorial, 1990. ISBN 84-87430-79-1.
  • Litvak, Lily (ed.): El Modernismo. Madrid: Taurus, 1986. ISBN 84-306-2081-8.
  • Login Jrade, Cathy: Rubén Darío y la búsqueda romántica de la unidad. El recurso modernista a la tradición esotérica. México: Fondo de Cultura Económica, 1986. ISBN 986-16-2480-7.
  • Ruiz Barrionuevo, Carmen: Rubén Darío. Madrid: Síntesis, 2002. ISBN 84-9756-048-5.
  • Salinas, Pedro: La poesía de Rubén Darío. Barcelona: Península, 2005. ISBN 84-8307-650-0.
  • Vargas Vila, José María: “Rubén Darío". 1917.
  • Ward, Thomas: “El pensamiento religioso de Rubén Darío: Un estudio de Prosas profanas y Cantos de vida y esperanza”. Revista Iberoamericana 55 (enero-junio de 1989): 363-75.
  • Rubén Darío y los modernistas entre dos mundos. Svět literatury / El mundo de la literatura 2016 (número especial): 51-139. ISSN 0862–8440 (print), 2336–6729 (online). 
Poema:
Canción de Carnaval:
Musa, la máscara apresta, 
ensaya un aire jovial 
y goza y ríe en la fiesta 
del Carnaval. 

Ríe en la danza que gira, 
muestra la pierna rosada, 
y suene, como una lira, 
tu carcajada. 

Para volar más ligera 
ponte dos hojas de rosa, 
como hace tu compañera 
la mariposa. 

Y que en tu boca risueña, 
que se une al alegre coro, 
deje la abeja porteña 
su miel de oro. 

Únete a la mascarada, 
y mientras muequea un clown 
con la faz pintarrajeada 
como Frank Brown; 

mientras Arlequín revela 
que al prisma sus tintes roba 
y aparece Pulchinela 
con su joroba, 

di a Colombina la bella 
lo que de ella pienso yo, 
y descorcha una botella 
para Pierrot. 

Que él te cuente cómo rima 
sus amores con la Luna 
y te haga un poema en una 
pantomima. 

Da al aire la serenata, 
toca el auro bandolín, 
lleva un látigo de plata 
para el spleen. 

Sé lírica y sé bizarra; 
con la cítara sé griega; 
o gaucha, con la guitarra 
de Santos Vega. 

Mueve tu espléndido torso 
por las calles pintorescas, 
y juega y adorna el Corso 
con rosas frescas. 

De perlas riega un tesoro 
de Andrade en el regio nido, 
y en la hopalanda de Guido, 
polvo de oro. 

Penas y duelos olvida, 
canta deleites y amores; 
busca la flor de las flores 
por Florida: 

Con la armonía te encantas 
de las rimas de cristal, 
y deshojas a sus plantas, 
un madrigal. 

Piruetea, baila, inspira 
versos locos y joviales; 
celebre la alegre lira 
los carnavales. 

Sus gritos y sus canciones, 
sus comparsas y sus trajes, 
sus perlas, tintes y encajes 
y pompones. 

Y lleve la rauda brisa, 
sonora, argentina, fresca, 
¡la victoria de tu risa 
funambulesca!
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Frase Celebre: Detalla la alegría que se vive en los carnavales a través de una chica que lo hace con gran felicidad

2)Gabriela Mistral:

Gabriela Mistral 1945.jpg

Infancia y juventud

Hija de Juan Jerónimo Godoy Villanueva, profesor de ascendencia diaguita,6​ y de Petronila Alcayaga Rojas, de ascendencia vasca,7​ Gabriela Mistral nació en Vicuña (en esa ciudad y en la misma calle donde vio la luz, se creó en 1957 el museo que lleva su nombre).8​ A los diez días sus padres se la llevaron a La Unión (Pisco Elqui), pero su «amado pueblo», como ella misma decía, era Montegrande, donde vivió de los tres a los nueve años, y donde pidió que le dieran sepultura.
Sus abuelos paternos, oriundos de la actual región de Antofagasta, fueron Gregorio Godoy e Isabel Villanueva; y los maternos, Francisco Alcayaga Barraza y Lucía Rojas Miranda, descendientes de familias propietarias de tierras del valle de Elqui. Gabriela Mistral tuvo una media hermana, que fue su primera maestra, Emelina Molina Alcayaga, y cuyo padre fue Rosendo Molina Rojas.
A los 15 años se enamoró platónicamente de Alfredo Videla Pineda, hombre rico y hermoso, más de 20 años mayor que ella, con el que se carteó durante casi año y medio. En 1906 conoció a Romelio Ureta, un funcionario de ferrocarriles. Este sacó un dinero de la caja del ferrocarril donde trabajaba con el fin de ayudar a un amigo; como no lo pudo devolver, Ureta se suicidó en 1909. Más tarde ―a raíz de su triunfo en los Juegos Florales con Sonetos de la muerte, versos que relacionaron con el suicida― nació el mito, que tuvo amplia difusión, del gran amor entre ambos.Aunque su padre abandonó el hogar cuando ella tenía aproximadamente tres años, Gabriela Mistral lo quiso y siempre lo defendió. Cuenta que «revolviendo papeles», encontró unos versos suyos, «muy bonitos». «Esos versos de mi padre, los primeros que leí, despertaron mi pasión poética», escribió.9
En 1904, comenzó a trabajar como profesora ayudante en la Escuela de la Compañía Baja (en La Serena) y empezó a mandar colaboraciones al diario serenense El Coquimbo. Al año siguiente continuó escribiendo en él y en La Voz de Elqui, de Vicuña.10
Desde 1908 fue maestra en la localidad de La Cantera y después en Los Cerrillos, camino a Ovalle. No estudió para maestra, ya que no tenía dinero para ello. Quiso ingresar en una escuela normal de la que fue excluida por prejuicios religiosos.11​ Posteriormente, en 1910, convalidó sus conocimientos ante la Escuela Normal № 1 de Santiago y obtuvo el título oficial de «profesora de Estado», con lo que pudo ejercer la docencia en el nivel secundario. Este hecho le costó la rivalidad de sus colegas, ya que este título lo recibió mediante convalidación de sus conocimientos y experiencia, sin haber concurrido al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile.12
Lucila Godoy Alcayaga o Gabriela Mistral llegó a Traiguén en la Araucanía en octubre de 1910, con 21 años de edad a prestar servicio como profesora a instancias de la directora del Liceo de Niñas de Traiguén. Al respecto, escribió: “Fidelia Valdés me metió en la enseñanza secundaria, me llevó a Traiguén". En este pueblo desarrolló funciones como maestra interina de Labores, Dibujo, Higiene y Economía Doméstica hasta el primer semestre del año siguiente; sin embargo, el recibimiento no fue el esperado, pues sus colegas la cuestionaron —tal como ocurriría en los restantes establecimientos donde sirvió en Chile—, por carecer estudios sistemáticos en el Instituto Pedagógico. Mistral dice en un escrito haber observado el problema de reparto y juicios de tierras indígenas y señaló que "éstos saben amar su tierra", fue el primer contacto con los mapuches. En Traiguén comenzó el recorrido de once años dedicada a la enseñanza chilena en AntofagastaLos AndesPunta ArenasTemuco y Santiago.13
Posteriormente su valía profesional quedó demostrada al ser contratada por el Gobierno de México para asentar las bases de su nuevo sistema educacional, modelo que actualmente se mantiene vigente casi en su esencia, pues solo se le han hecho reformas para actualizarlo.1415

Inicios

El mismo año de 1910, Gabriela Mistral comienza a escribir sus famosos Sonetos de la muerte. “Ignoraba yo por aquellos años (1910-1911) lo que llaman los franceses el metier de côté, o sea, el oficio lateral; pero un buen día él saltó de mí misma, pues me puse a escribir prosa mala, y hasta pésima, saltando, casi en seguida, desde ella a la poesía, quien, por la sangre paterna, no era jugo ajeno a mi cuerpo. En el descubrimiento del segundo oficio había comenzado la fiesta de mi vida”. Vale decir, en este periodo de reflexión en Traiguén opta por la poesía como una de sus mayores realizaciones personales.16​Los escritos realizados un mes antes que llegara Lucila Godoy a Traiguén en octubre de 1910, son artículos de prensa donde aboga por la instrucción primaria obligatoria, criticando fuertemente al mundo político de esos años; hay que recordar que la cuestión socialmarcaba la preocupación de los intelectuales de la época, además de los altos gastos efectuados para las obras y actividades de celebración del Centenario de Chile; un importante sector del bajo pueblo pasaba por problemas socioeconómicos y la joven Lucila Godoy no fue ajena a esas problemáticas. El diario El Colono de Traiguén del 1 de noviembre de ese año publicó el poema «Tristeza», resume el sentir del rechazo y, a su vez, la tragedia sentimental de su frustrada relación con Romelio Ureta, que se había suicidado el año anterior. Además, escribe el poema «Rimas», fechado en esa ciudad el 24 de octubre de 1910, donde manifiesta tristeza frente a la pérdida y la imposibilidad de una despedida. Estos versos son distintos a los publicados con el mismo título un año antes.
Desde entonces utilizó el seudónimo literario «Gabriela Mistral»en casi todos sus escritos, en homenaje a dos de sus poetas favoritos, el italiano Gabriele D'Annunzio y el occitano Frédéric Mistral. En 1917, Julio Molina Núñez y Juan Agustín Araya publicaron una de las más importantes antologías poéticas de Chile, Selva lírica, donde Lucila Godoy aparece ya como una de las grandes poetas chilenas. Esta publicación es una de las últimas en que utiliza su nombre verdadero.El 12 de diciembre de 1914 obtuvo el primer premio en el concurso de literatura de los Juegos Florales, organizados por la FECh en Santiago, por sus Sonetos de la muerte.
Desempeñó el cargo de inspectora en el Liceo de Señoritas de La Serena. Además, como destacada educadora, visitó México, Estados Unidos y Europa estudiando las escuelas y métodos educativos de estos países. Fue profesora invitada en las universidades de Barnard, Middlebury y Puerto Rico.
El hecho de haber vivido desde Antofagasta, en el extremo norte, hasta el puerto de Punta Arenas, en el extremo sur, donde dirigió su primer liceo y estimuló la vida de la ciudad, la marcó para siempre. Su mentor y quien la trasladara a dicha ciudad austral para hacerse cargo del Liceo N°1 de Niñas, fue el gobernador del territorio de Magallanes, general Luis Alberto Contreras y Sotomayor. Su apego a Punta Arenas también se debió a su relación con Laura Rodig, que vivía en aquella ciudad. Pero la escritora de Elqui no soportaba bien el clima polar. Por eso, pidió un traslado, y en 1920 se mudó a Temuco, desde donde partió en ruta a Santiago al año siguiente. Durante su estancia en la Araucanía conoció a un joven llamado Neftalí Reyes, quien posteriormente se haría mundialmente famoso como Pablo Neruda.
Gabriela Mistral aspiraba a un nuevo desafío después de haber dirigido dos liceos de pésima calidad. Opositó y ganó el puesto prestigioso de directora del Liceo № 6 de Santiago, pero los profesores no la recibieron bien, reprochándole su falta de estudios profesionales.
Desolación, considerada su primera obra maestra, apareció en Nueva York en 1922 publicada por el Instituto de Las Españas,11​ a iniciativa de su director, Federico de Onís. La mayoría de los poemas que forman este libro los había escrito diez años atrás mientras residía en la localidad de Coquimbito.
En 1923, en México se inauguró una estatua y se publicó su libro Lectura para mujeres; en Chile apareció la segunda edición de Desolación (con una tirada de 20 000 ejemplares) y apareció en España la antología Las mejores poesías, con prólogo de Manuel de Montoliú.El 23 de junio de 1922, Gabriela Mistral, en compañía de Laura Rodig, zarpó hacia México en el vapor Orcoma, invitada por el entonces ministro de Educación José Vasconcelos. Allí permaneció casi dos años, trabajando con los intelectuales más destacados del mundo hispanohablante en aquel entonces.

En 1924, publicó en Madrid Ternura, libro en el que practicó una novedosa «poesía escolar», renovando los géneros tradicionales de la poesía infantil (por ejemplo, canciones de cuna, rondas, y arrullos) desde una poética austera y muy depurada. Petronila Alcayaga, su madre, murió en 1929, por lo cual le dedicó la primera parte de su libro Tala.Su vida fue, en adelante, una continuación de la errantía incansable que conoció en Chile, sin un puesto fijo en que utilizar su talento. Prefirió, entonces, vivir entre América y Europa. Así, viajó, por ejemplo, a la isla de Puerto Rico en 1931, como parte de un tour del Caribe y de América del Sur. Es en esta gira donde la nombra «Benemérita del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional» en Nicaragua el general Augusto Sandino, a quien había dado su apoyo en numerosos escritos. Además, dio discursos en la Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, en Santo Domingo, en Cuba, y en todos los otros países de América Central.Tras una gira por Estados Unidos y Europa, volvió a Chile, donde la situación política era tan tensa que se vio obligada a partir de nuevo, esta vez para servir en el viejo continente como secretaria de una de las secciones de la Liga de Naciones en 1926; el mismo año ocupó la secretaría del Instituto de Cooperación Internacional, de la Sociedad de las Naciones, en Ginebra.
A partir de 1933, y durante un periodo de veinte años, trabajó como cónsul de su país en ciudades de Europa y América. Su poesía fue traducida al inglés, francés, italiano, alemán y sueco, y ha resultado muy influyente en la obra creativa de muchos escritores latinoamericanos posteriores, como Pablo Neruda y Octavio Paz.

Premio Nobel

La noticia de que había ganado el Nobel la recibió en 1945 en Petrópolis, la ciudad brasileña donde desempeñaba la labor de cónsul desde 1941 y donde en 1943, a los 18 años, se había suicidado Yin Yin (Juan Miguel Godoy Mendoza, su sobrino según la documentación oficial, pero que dijo a Doris Dana, ya estando muy disminuida en sus días finales, que era su hijo carnal, al que, con su amiga y confidente Palma Guillén, "había adoptado" y con el que vivía por los menos desde que este tenía cuatro años).17
La motivación para entregarle esta distinción fue «su obra lírica que, inspirada en poderosas emociones, ha convertido su nombre en un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano».18​ Recibió el Premio Nobel, que otorga la Academia Sueca, el 10 de diciembre de 1945, en un discurso en que manifestó: «Por una venturanza que me sobrepasa, soy en este momento la voz directa de los poetas de mi raza y la indirecta de las muy nobles lenguas española y portuguesa. Ambas se alegran de haber sido invitadas al convivio de la vida nórdica, toda ella asistida por su folklore y su poesía milenarias».19
A finales de ese año regresó a Estados Unidos por cuarta vez, entonces como cónsul en Los Ángeles y, con el dinero ganado con el premio, se compró una casa en Santa Bárbara.20​ Fue allí donde al año siguiente escribió gran parte de Lagar I, en muchos de cuyos poemas se observa la huella de la Segunda Guerra Mundial, y que sería publicado en Chile en 1954.
En 1946, conoció a Doris Dana, una escritora estadounidense con quien estableció una controvertida relación, y de quien no se separaría hasta su muerte.

En Nueva York

La correspondencia entre Doris Dana y Gabriela Mistral revela el establecimiento de una sólida relación interpretada por algunos como homosexual, cosa que Dana negó hasta el final de sus días.21​ Existe correspondencia entre ambas, que publicó en Chile la editorial Lumen en 2009 bajo el título de Niña errante, con transcripción, prólogo y notas de Pedro Pablo Zegers, conservador del Archivo del Escritor, de la Biblioteca Nacional. «Doris, yo estoy en Estados Unidos por ti ―le dice en una carta―. Soy tuya en todos los lugares del mundo y del cielo». Y antes: «Tal vez fue locura muy grande entrar en esta pasión».2223242526272829
Cabe aclarar que la catedrática estadounidense Licia Fiol-Matta, que ha escrito bastante sobre el tema y considera a la poeta "una lesbiana de armario", conjeturando respecto al exilio de Mistral, admitía en 2001 en su libro A Queer Mother for the Nation: The State and Gabriela Mistral: "...no existe documentación material de su sexualidad...".30​ Verdad es que entonces no se había publicado aún la correspondencia con Dana.
Pero además de las cartas a Dana citadas, se conservan múltiples cartas de amor intercambiadas con el escritor Manuel Magallanes Moure,31​ en las que Mistral se expresa de esta manera: "Te adoro, Manuel. Todo mi vivir se concentra en este pensamiento y en este deseo: el beso que puedo darte y recibir de ti. ¡Y quizás -seguramente- ni pueda dártelo ni pueda recibirlo...! En este momento siento tu cariño con una intensidad tan grande que me siento incapaz del sacrificio de tenerte a mi lado y no besarte... Estoy muriéndome de amor frente a un hombre que no puede acariciarme..." (Mistral, católica, sabía que una relación con Magallanes Moure, casado, era imposible.)32333435
La opinión acerca de la supuesta homosexualidad de Mistral ha sido severamente criticada y refutada por académicos, incluyendo el director de la Fundación Gabriela Mistral.36
Finalmente las propias palabras de Mistral no dejan lugar a duda: "De Chile, ni decir. Si hasta me han colgado ese tonto lesbianismo, y que me hiere de un cauterio que no sé decir. ¿Han visto tamaña falsedad? (…) No se desea volver a lugares del mundo donde se hace con los propios asuntos una novela policial. Yo no soy ningún dechado; tampoco una cosa extraordinaria. Yo soy una mujer como cualquier otra chilena". (Escrito en su diario íntimo, publicado con el título "Bendita mi lengua sea".)373836393040
En 1954, Gabriela Mistral fue recibida con honores tras la invitación del gobierno de Chile encabezado por Carlos Ibáñez del Campo.41​ En esa ocasión la acompañó Doris Dana, a quien la prensa nacional identificaba como «la secretaria de Mistral», y que pisaba tierra chilena por primera y última vez.
En Santiago, que había declarado día festivo, la esperaban las autoridades de la capital, mientras su auto descubierto era escoltado por patrullas de carabineros seguidas de huasos a caballo y escolares destacados de diferentes colegios portando banderas. En su trayecto, Gabriela Mistral pasó por un arco de triunfo hecho con flores frescas en la Alameda con España ― «El buen sembrador siembra cantando», se podía leer en él―; a su paso la gente le lanzaba flores. En la tarde, fue recibida en La Moneda por el presidente Ibáñez y al día siguiente, se la honró con el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad de Chile.4243
Posteriormente volvió a Estados Unidos, «país sin nombre», según ella. Para Gabriela Mistral, la ciudad de Nueva York era demasiado fría; ella hubiera preferido vivir en Florida o Nueva Orleans (había vendido su propiedad en California), y así se lo dijo a Doris, a quien le propuso comprar una casa a nombre de las dos en alguno de esos lugares, pero al final terminó acomodándose en Long Island, en la mansión de la familia de Doris Dana y se instaló en las afueras de la megalópolis: «Pero si tú no quieres dejar tu casa, cómprame, repito, un calentador y quedamos aquí», le escribe en 1954.
Doris Dana en esa época, consciente de que la existencia de Gabriela Mistral era finita, comenzó un minucioso registro de cada conversación que tenía con la poeta. Además, acumuló un total de 250 cartas y miles de ensayos literarios, que hoy constituyen el más importante legado mistraliano y que fue donado por su sobrina Doris Atkinson después de su muerte, acaecida en noviembre de 2006.

Muerte, homenajes póstumos y legado

Doris Dana permaneció como albacea de la obra de Mistral y evitó enviarla a Chile hasta que no se reconociera a la poeta como correspondía a su estatura mundial. Incluso se le llegó a extender una invitación de parte del gobierno del presidente Ricardo Lagos Escobar, cosa que ella gentilmente declinó.Mistral tenía diabetes y problemas cardíacos. Finalmente murió en el Hospital de Hempstead (en la ciudad de Nueva York) a causa de un cáncer de páncreas, el 10 de enero de 1957, a la edad de 67 años, estando Doris Dana presente.
En su testamento, Mistral estipuló que el dinero producido por la venta de sus libros en América del Sur debía destinarse a los niños pobres de Montegrande, donde pasó sus mejores años de infancia, y el de la venta en otras partes del mundo a Doris Dana y Palma Guillén, quien renunció a esa herencia en beneficio de los niños pobres de Chile. Esta petición de la poeta no se había podido realizar debido al decreto 2160, que derivaba los fondos a editoriales e intelectuales. Este decreto fue derogado y actualmente los ingresos producto de su obra llegan a los niños de Montegrande en el valle del Elqui.
La sobrina de Doris Dana, Doris Atkinson, donó finalmente al Gobierno chileno el legado literario de Mistral ―más de 40 000 documentos, custodiados actualmente en los archivos de la Biblioteca Nacional de Chile, incluidas las 250 cartas escogidas por Zegers para su publicación―.
Sus restos llegaron a Chile el 19 de enero de 1957 y fueron velados en la Casa Central de la Universidad de Chile4445​ y permanecieron ahí hasta el 21 de enero.46​ Luego fueron sepultados en Montegrande, como era su deseo. Una vez mencionó que le gustaría que bautizaran un cerro de Montegrande en su honor; lo consiguió póstumamente: el 7 de abril de 1991, en el que hubiera sido su 102.° cumpleaños, el cerro Fraile pasó a llamarse Gabriela Mistral.
La Organización de los Estados Americanos instituyó en 1979 el Premio Interamericano de Cultura «Gabriela Mistral», «con el propósito de reconocer a quienes han contribuido a la identificación y enriquecimiento de la cultura propia de América y de sus regiones o individualidades culturales, ya sea por la expresión de sus valores o por la asimilación e incorporación a ella de valores universales de la cultura».47​ Fue otorgado por primera vez en 1984 y por última en 2000. Además, hay una serie de otros premios y concursos que llevan su nombre.El poeta y estudioso de la obra de Gabriela Mistral, Jaime Quezada, ha editado una serie de libros póstumos con escritos de la premio Nobel: Escritos políticos (1994), Poesías completas (2001), Bendita mi lengua sea (2002) y Prosa reunida (2002).
Una universidad privada fundada en 1981, una de las primeras en Chile, también lleva su nombre: la Universidad Gabriela Mistral. En 1977, el gobierno de Chile instituyó en su honor la Orden al Mérito Docente y Cultural Gabriela Mistral.
El 15 de noviembre de 2005, Gabriela Mistral recibió un homenaje en el Metro de Santiago en conmemoración de los sesenta años de su recepción del premio Nobel. Se le dedicó un tren boa tapizado con fotografías de la poeta.
Prácticamente todas las ciudades importantes de Chile poseen una calle, plaza o avenida bautizada en honor a ella con su nombre literario.
En diciembre de 2007 llegó a Chile gran parte del material retenido en Estados Unidos por su primera albacea, Doris Dana. Lo recibió la ministra chilena de cultura Paulina Urrutia, junto a Doris Atkinson, la nueva albacea. El trabajo de recopilación, transcripción y clasificación ha sido hecho por el humanista chileno Luis Vargas Saavedra que, al mismo tiempo, ha preparado una edición del trabajo llamada Almácigo.48
El 19 de octubre de 2009, se renombró el edificio Diego Portales como Centro Cultural Gabriela Mistral.49​ La presidenta de la República Michelle Bachelet promulgó la ley 20386, publicada el 27 de octubre de 2009, que cambió la denominación del edificio a Centro Cultural Gabriela Mistral, «con la finalidad de perpetuar su memoria y honrar su nombre y su contribución a la conformación del patrimonio cultural de Chile y de las letras hispanoamericanas».50
El año 2015 la Universidad de Chile inauguró la Sala Museo Gabriela Mistral, espacio ubicado en la Casa Central de esta institución que destaca tres hitos de su relación con la Universidad de Chile: El reconocimiento de su calidad de profesora en 1923; la creación del grado Doctor Honoris Causa para ella en 1954 (fue la primera en recibirlo); y el velatorio de sus restos en el Salón de Honor en 1957.51​ La sala expone material audiovisual, pinturas, primeras ediciones de sus obras y fotografías.52
La Biblioteca Regional Gabriela Mistral de La Serena fue inaugurada el 5 de marzo de 2018 por la entonces presidenta Michelle Bachelet, quien subrayó que esta "se relaciona armónicamente con la Casa de Las Palmeras", lugar que la poeta compró en 1925 "soñando con reproducir el modelo mexicano de escuelas rurales y que hoy es un hito fundamental de la ruta mistraliana».

Bibliografía:
  • Barraza, Isolina (1978). Gabriela Mistral y su sobrino (ASP). Vicuña. Consultado el 4 de agosto de 2013.
  • Díaz Cuevas, Gonzalo (2015). RE vuelta Mistral: texto completo en el Portal de Libros Electrónicos de la Universidad de Chile
  • DIBAMBiblioteca Nacional (1989). «Gabriela Mistral: a cien años de su nacimiento, 1889-1989» (ASP). Consultado el 4 de agosto de 2013.
  • Duchens, Myriam, y Silvia Castillo (2007). Chilenos del Bicentenario. Gabriela Mistral/Pedro Aguirre, Nº 11. Santiago: Editorial El Mercurio. ISBN 978-956-311-131-6.
  • Rubio, Patricia (1995). Gabriela Mistral ante la crítica: bibliografía anotada (ASP). Santiago: DIBAM, Centro de Investigaciones Diego Barros Arana. Consultado el 4 de agosto de 2013.
  • Samatán, Marta Elena (1969). Gabriela Mistral: campesina del Valle de Elqui (ASP). Buenos Aires: Instituto Amigos del Libro Argentino. Consultado el 4 de agosto de 2013.
  • Sepúlveda Llanos, Fidel (1995). «Gabriela Mistral: una ecología estética». Aisthesis (28).
  • Sepúlveda Llanos, Fidel (1996). «Gabriela Mistral: aportes a una estética del folclore». Taller de Letras (número especial).
  • Teitelboim, Volodia (1991). Gabriela Mistral pública y secreta. Santiago: Ediciones BAT. p. 334. ISBN 956-7022-17-8.
  • Universidad de Chile (1957). Revista Anales de la Universidad de Chile: No. 106 (1957) Número especial Homenaje a Gabriela Mistral: texto completo disponible en sitio web de la Revista
  • Von dem Bussche, Gastón (1957). Visión de una poesía (ASP). Santiago: Ediciones de los Anales de la Universidad de Chile. Consultado el 4 de agosto de 2013.
  • Gabriela Mistral: La sangre como lengua que contesta (ensayo). Eduardo Vassallo. Editorial Cuarto Propio, 75 págs., año 2005.
  • Gabriela Mistral: Estreno crítico (ensayo). Eduardo Vassallo. Ediciones Alterables, 102 págs., año 2017.
Poema:
Agua:
Hay países que yo recuerdo 
como recuerdo mis infancias. 
Son países de mar o río, 
de pastales, de vegas y aguas. 
Aldea mía sobre el Ródano, 
rendida en río y en cigarras; 
Antilla en palmas verdi-negras 
que a medio mar está y me llama; 
¡roca lígure de Portofino, 
mar italiana, mar italiana! 

Me han traído a país sin río, 
tierras-Agar, tierras sin agua; 
Saras blancas y Saras rojas, 
donde pecaron otras razas, 
de pecado rojo de atridas 
que cuentan gredas tajeadas; 
que no nacieron como un niño 
con unas carnazones grasas, 
cuando las oigo, sin un silbo, 
cuando las cruzo, sin mirada. 

Quiero volver a tierras niñas; 
llévenme a un blando país de aguas. 
En grandes pastos envejezca 
y haga al río fábula y fábula. 
Tenga una fuente por mi madre 
y en la siesta salga a buscarla, 
y en jarras baje de una peña 
un agua dulce, aguda y áspera. 

Me venza y pare los alientos 
el agua acérrima y helada. 
¡Rompa mi vaso y al beberla 
me vuelva niñas las entrañas!

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Frase celebre: Le recuerda todo lo que vivió en un lugar de su niñez.

3)José Santos Chocano
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 Biografía:
Fue hijo de José Félix Chocano de Zela y María Aurora Gastañodi de la Vega. Era bisnieto de Francisco de Zela, precursor de la independencia peruana. Decía ser descendiente de Gonzalo Fernández de Córdoba, el famoso Gran Capitán.
Cursó sus estudios secundarios en el Instituto de Lima, dirigido por profesores alemanes, pero al poco tiempo se trasladó al Colegio de Lima, que dirigía Pedro A. Labarthe, donde fue condiscípulo de Clemente Palma. En 1891, a la edad de 16 años, ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, con la intención de formarse como abogado, pero no concluyó su carrera.1
En 1894 se inició en el periodismo, colaborando en el diario La Tunda con creaciones líricas destinadas a criticar al segundo gobierno de Andrés A. Cáceres, en el marco de la revolución de 1894-1895. Acusado de conspiración, fue apresado y encerrado en uno de los aljibes (celdas submarinas) de la Fortaleza del Real Felipe. Uno de sus compañeros de prisión fue Óscar R. Benavides, que después sería mariscal y presidente del Perú. Estuvo encerrado durante seis meses en medio de penosas condiciones, hasta que fue puesto en libertad, poco antes del triunfo de la revolución.2
Pasó a ser secretario de Manuel Candamo, presidente de la flamante Junta de Gobierno, y de Elías Malpartida, ministro de Hacienda, en 1895. Ese mismo año obtuvo la concesión de la imprenta del Estado, donde editó simultáneamente sus dos primeros libros de versos: Iras santas y En la aldea. Tenía entonces 20 años. Al año siguiente publicó Azahares, colección de poemas amatorios. Estas primeras creaciones denotan la influencia del romanticismo tardío americano y europeo. De otro lado, dirigió provisoriamente El Perú Ilustrado y editó La NeblinaLa Gran Revista y El Siglo XX. Contribuyó a constituir la sociedad literaria «Enrique Alvarado». Auspició las primeras publicaciones de José FiansónClemente PalmaEnrique López Albújar, entre otros. Se dedicó a colaborar en casi todas las revistas del continente. Organizó el homenaje público al poeta Luis Benjamín Cisneros, ya anciano e invalido. Por entonces contrajo matrimonio con Consuelo Bermúdez y Velázquez, la musa inspiradora de sus primeros poemas (2 de febrero de 1897). Con ella tuvo tres hijos: Eduardo Adolfo (1897), José Alberto (1901) y José Santos (1903).
En 1897 partió a Chanchamayo, en la selva peruana, deseoso de tentar suerte en el negocio de la explotación de café. Fracasó en este menester y regresó a Lima, con el ánimo de «cultivar solo la poesía». De todos modos, su viaje al interior del Perú le permitió tener un conocimiento de su país que fue sumamente valioso para su creación poética. Por entonces publicó su poemario La selva virgen. En 1899 su poema épico La epopeya del morro ganó un concurso promovido por el Ateneo de Lima; ese mismo año publicó otro poema largo, El derrumbe (llamado después El derrumbamiento). En 1901 publicó El canto del siglo.
En 1901 inicio su carrera diplomática cuando el gobierno de Eduardo López de Romaña lo envió a Centroamérica con la misión de hacer propaganda a favor del arbitraje obligatorio en la solución de los conflictos internacionales. Tras realizar su periplo centroamericano volvió al Perú, habiendo asegurado tres votos, de los cinco, para la causa del arbitraje obligatorio, que el Perú iba a proponer en el segundo Congreso Panamericano de México. El presidente López de Romaña lo nombró cónsul general de Centroamérica con sede en Guatemala. Allí gozó de la amistad del dictador Manuel Estrada Cabrera y ofició con éxito como mediador de un conflicto de límites entre Guatemala y El Salvador.
En 1904, el gobierno de Manuel Candamo nombró a Chocano como Encargado de Negocios en Bogotá. Por entonces acababa de producirse la independencia de Panamá y el gobierno peruano fue uno de los primeros en reconocer ese hecho, lo que le granjeó la animadversión de Colombia, país con el que el Perú mantenía un diferendo limítrofe. Era necesario, pues, restablecer los buenos oficios con el país del norte. Chocano tuvo éxito en su misión y logró que la cancillería colombiana aceptase someter la cuestión limítrofe al arbitraje del Rey de España. Pero a raíz de una desavenencia con los ministros de Estado de su país, renunció a su cargo en Bogotá y partió nuevamente hacia Centroamérica.
De vuelta en Lima, el gobierno de José Pardo lo nombró Secretario de la misión especial que encabezaba Mariano H. Cornejo para discutir los límites peruano-ecuatorianos ante el rey de España (1905). En su viaje a España pasó por Santiago de Chile y Buenos Aires, donde conoció a Bartolomé Mitre. En Montevideo tomó el barco que lo trasladó a la península ibérica. Allí hizo amistad con los más importantes escritores españoles del momento: Benito Pérez GaldósEmilia Pardo BazánMiguel de UnamunoJacinto BenaventeManuel Machado, entre otros. También entabló una cordial amistad con Rubén Darío, el máximo poeta latinoamericano de entonces e iniciador del modernismo literario. Por entonces, el mismo Chocano ya era un poeta reconocido a nivel del mundo hispanohablante. Su prestigio se acrecentó con Alma América (1906), libro prologado por Rubén Darío, donde condensó algunas de sus composiciones más conocidas y aludió a la vocación mestiza del continente. Ese mismo año publicó un drama en tres actos y en verso, titulado Los Conquistadores. En 1908 publicó otro poemario: Fiat Lux.
En Madrid conoció a la joven de alta sociedad, Dolores González, con la cual tuvo una hija, Maria Esperanza Chocano González (1907). Chocano permaneció tres años en España, hasta que tuvo que salir de allí apresuradamente, al verse involucrado en una famosa estafa al Banco de España, oscuro episodio en el que también estuvo enredado su compatriota, el escritor Felipe Sassone. Debido al escándalo, fue retirado del servicio diplomático.
En 1908 viajó a CubaSanto Domingo y Estados Unidos. Luego pasó a Centroamérica, a la que consideraba como su segunda patria. En Guatemala conoció a Margot Batres Jáuregui, distinguida dama guatemalteca, con quien se casó por lo civil en Nueva York, en 1912. De esa unión nacieron Antonio José (1913) y Alma América (1917).3
En 1912 pasó a México, donde hizo público su apoyo a la revolución mexicana y sirvió al presidente Francisco I. Madero, hasta que éste fue depuesto y asesinado. El nuevo gobierno mexicano encabezado por Victoriano Huerta expulsó a Chocano, quien viajó entonces a Cuba, Puerto Rico y Estados Unidos. En Nueva Yorkdesempeñó misiones confidenciales al servicio del gobierno revolucionario de Venustiano Carranza.
Nuevamente en México, actuó también como secretario de Pancho Villa, a quien dio consejos acerca de la reivindicación agraria. Incluso llegó a participar en la toma de Chihuahua. Su entusiasmo por la causa revolucionaria mexicana fue innegablemente sincero.
Enemistado con los bandos mexicanos en disputa, en 1915 pasó a Guatemala, donde se convirtió en secretario y consejero del dictador Manuel Estrada Cabrera, en el poder desde fines del siglo anterior. Desde Guatemala, especialmente en 1918, envió poemas que fueron publicados con frecuencia en Lima, por el semanario de alcance nacional Sudámerica, de propiedad y bajo la dirección de su amigo el periodista y antiguo Cónsul General del Perú en Cádiz y en Ciudad Guatemala, Carlos Pérez Canepa. Luego que Cabrera fuese depuesto en 1920, Chocano fue apresado y condenado a muerte, pero se salvó por intercesión del Papa, el rey Alfonso XIIIde España, los presidentes de Argentina y Perú, así como varios escritores de América y Europa.
Envejecido y enfermo, Chocano convaleció en Costa Rica, donde conoció a Margarita Aguilar Machado, joven de 19 años, prima de su esposa guatemalteca. Surgió un apasionado romance entre ambos. Margarita sería la última pareja de Chocano, unión de la que nació el último hijo del poeta, Jorge Santos.
En 1924 se celebró pomposamente en Lima el centenario de la batalla de Ayacucho y, para tal ocasión, Chocano escribió su «Ayacucho y los Andes». Por entonces llegó a Lima una importante delegación de intelectuales y escritores latinoamericanos como Leopoldo LugonesRicardo Jaimes Freyre y Guillermo Valencia. Como simpatizante del régimen de Augusto B. Leguía y amigo del dictador venezolano Juan Vicente Gómez, Chocano elogió públicamente a las «dictaduras organizadoras» de Latinoamérica; por su parte, Lugones afirmó que había llegado «la hora de la espada» para el continente. Estas declaraciones tuvieron una amplia repercusión en los diarios americanos. El escritor José Vasconcelos atacó desde México a Chocano, y lo calificó de «bufón». Como era de esperar, Chocano respondió a Vasconcelos, usando los más duros términos y haciéndole las más ácidas críticas. Un grupo de catorce intelectuales peruanos se solidarizaron con Vasconcelos y firmaron una declaración al respecto. Entre los firmantes se hallaban José Carlos MariáteguiManuel BeltroyLuis Alberto SánchezCarlos Manuel Cox y Edwin Elmore. Este último era un joven y fogoso escritor limeño, que presumiendo de «librepensador», se hallaba obsesionado con atacar al régimen leguiísta. No conforme con firmar la anterior declaración, escribió un largo artículo contra la dictadura de Leguía y sus partidarios, entre ellos Chocano, a quien calificó de «vulgar impostor». Dicho artículo debió publicarse en el diario La Crónica, pero ello no ocurrió al no pasar por el filtro del director; sin embargo, debido a una infidencia, el texto llegó a la vista de Chocano, quien enfurecido, llamó por teléfono a Elmore, preguntando insultantemente: «¿Hablo con el hijo del traidor de Arica» (alusión al padre de Edwin, Teodoro Elmore, un ingeniero peruano que había servido en la defensa de Arica de 1880 y a quien se acusaba de haber delatado a los chilenos la red de minas que defendía dicho puerto). Elmore le respondió: «Eso no se atrevería usted a decírmelo en mi cara». Por desgracia, poco después de ese agresivo intercambio de palabras, ambos se encontraron a la entrada del diario El Comercio, en el centro de Lima, adonde había ido a publicar sendas cartas donde se respondían de los mutuos agravios. Elmore le dio una bofetada a Chocano, y éste, sin dudarlo, sacó su revólver y disparó a quemarropa a su agresor, quien cayó herido de gravedad (31 de octubre de 1925).56​ Trasladado a la asistencia pública, Elmore falleció luego de dos días de penosa agonía. Chocano fue entregado a la justicia y recluido en el Hospital Militar, donde permaneció con todas las comodidades, mientras duró el juicio. Los jueces tuvieron en cuenta la fama del poeta y acordaron una sentencia muy benévola, de tres años de prisión; aún sin estar ésta confirmada, el Congreso, de mayoría leguiísta, dispuso que el juicio fuese cortado (10 de abril de 1927). Chocano nunca se arrepintió de su crimen, y más aún, mientras estuvo detenido, continuó mancillando la memoria del difunto y su padre a través de la prensa. También atacó duramente a los amigos de Elmore, entre ellos a los del grupo Amauta que encabezaba Mariátegui. Sobre el juicio que afrontó escribió una obra titulada El libro de mi proceso, en tres volúmenes (1927-1928).Chocano retornó al Perú en diciembre de 1921, después de diecisiete años de ausencia. Habían ya fallecido Manuel González Prada y Nicolás de Piérola, ídolos de su juventud, así como su protector, Javier Prado Ugarteche. En Lima recibió el entusiasta aplauso de las multitudes, la prensa y la intelectualidad. José Gálvez BarrenecheaLuis Alberto SánchezJosé María Eguren y César Vallejo fueron al puerto del Callao para recibirlo. Recibió el homenaje de la municipalidad limeña. Fue declarado «hijo predilecto de la ciudad de Lima» y se le brindó una recepción en el Palacio de la Exposición, donde se le ciño la frente con una corona de laureles de oro, otorgándosele el título de «Poeta de América» (5 de noviembre de 1922). A pesar de su egolatría, Chocano se mostró siempre cordial con los poetas que lo admiraban, como Eguren y Vallejo. Sobre este último incluso llegó a decir, hacia 1930, que apreciaba su poesía, según consta en una carta que dirigió al poeta y editor Pablo Abril de Vivero.4
Su amigo y protector Leguía fue derribado en 1930; para entonces, Chocano ya se había distanciado de aquél. Tampoco simpatizó con los nuevos dictadores del Perú, Luis Sánchez Cerro y Óscar R. Benavides. A raíz de la guerra colombo-peruana de 1933, escribió un folleto titulado El escándalo de Leticia ante las conferencias de Río de Janeiro (1933). Era partidario del respeto al Tratado Salomón-Lozano.Comprendiendo que su situación en el Perú era precaria, en octubre de 1928 partió hacia Chile y se estableció en Santiago. Allí intentó subsistir con colaboraciones periodísticas y recitales; pero se vio acosado por la pobreza y por conflictos sentimentales. A tal punto llegaron sus apremios económicos, que incluso empeñó la corona de laurel de oro que la municipalidad de Lima le otorgara en 1922. Empezó a publicar sus Memorias, simultáneamente en varios periódicos del continente. Publicó también Primicias de Oro de Indias, antología poética. Planeaba editar una colección de sus poemas organizada de manera cíclica, bajo el título de Oro de Indias.
Como no superara su precaria situación económica en Chile, se dedicó a jugar a la Bolsa, arruinándose económicamente y gracias a un supuesto clarividente se obsesionó ilusamente en buscar el tesoro oculto de los jesuitas en el centro de Santiago (actual calle 21 de Mayo), para lo cual logró incluso el permiso de las autoridades municipales chilenas. Pero no halló nada; para mientras, decenas de supuestos videntes y timadores orbitaban su lugar de faena intentando sonsacarle recursos. Uno de estos personajes sería fatal: Martín Bruce Badilla.
En la tarde del 13 de diciembre de 1934, viajando en un tranvía de Santiago, fue apuñalado por la espalda por Martín Bruce Badilla. Herido de dos puñaladas en el corazón y dos en la espalda, Chocano falleció casi en el acto.7Sus restos fueron trasladados a Lima el 15 de mayo de 1965, siendo enterrado de pie y en un metro cuadrado de superficie (tal como lo había pedido en un poema) en el Cementerio Presbítero Maestro, en medio de homenajes oficiales y la indiferencia literaria.
Bibliografía:

Poesía

  1. Iras santas [poesías] (Lima, Biblioteca de "El Perú Ilustrado"; Imprenta del Estado, calle Rifa, 58, año 1895), que reúne 19 composiciones de protesta cívica, fechadas de 1893 a 1895.
  2. En la aldea [poesías] (San Pedro de los Chorrillos [Lima]: estío y otoño de 1893; Biblioteca de "El Perú Ilustrado"; Imprenta del Estado, calle Rifa, 58, año 1895), es un florilegio de sonetos inspirados en el paisaje rural.
  3. Azahares [versos líricos] (Lima; Imprenta del Estado, calle Rifa, 58, año 1896), poemas amatorios, dedicados a su novia Consuelo Bermúdez. Consta de 12 composiciones.
  4. Selva virgen (Lima, ¿1896? y 1898), inspirada en los paisajes naturales del Perú. Una posterior edición, titulada La selva virgen [poemas y poesías] fue editada en París, en 1901, por Garnier Hermanos, Libreros Editores (Rue de Saints-Pères, 6) y reeditada en sucesivas tiradas por lo menos hasta 1923, según Luis Alberto Sánchez
  5. La epopeya del morro [poema americano] (Lima: Imprenta El Comercio, Rifa 44) Inspirado en un episodio histórico: la batalla de Arica de 1880, donde se inmolaron un grupo de peruanos defendiendo el suelo patrio. Premiado con medalla de oro por El Ateneo de Lima en el concurso de junio-julio de 1899. En reproducciones posteriores fue reducida por el autor de 1941 a 575 versos.
  6. El derrumbe [poema americano] (Lima: Imprenta de El Comercio, 1899). Reducido de 1345 a 637 versos en Poesías completas (1902) y Alma de América(1906), terminó adoptando el nombre de El derrumbamiento. Es un vasto poema argumentado cuyo escenario es la selva.
  7. El canto del siglo [poema finisecular] (Lima: Imprenta La Industria, 1901), es un recuerdo de episodios y valores históricos del siglo XIX.
  8. El fin de Satán y otros poemas (Guatemala: Imprenta Tip. Nacional, 1901), desglose de parte de los poemas de La selva virgen.
  9. Poesías completas (Barcelona, Ed. Maucci, 1902) en dos tomos, con prólogo de Manuel González Prada.
  10. Los cantos del Pacífico (París/México: Ed. Vda. de Ch. Bouret, 1904) recopilación selecta de su poesía para el público francés.
  11. Alma América [Poemas indo-españoles] (Madrid, Ed. Suárez, 1906; París, Librería de la Vda. de C. Bouret, 1908), proyectado en 1903 como una colección de 100 sonetos, terminó notoriamente aumentada, convirtiéndose a juicio de su autor en su obra más representativa. Prologado por Rubén Darío y dedicado al rey de España Alfonso XIII, figuran en él los poemas «Blasón» y «Los caballos de los conquistadores», convertidas en piezas clásicas de la recitación. El autor empieza diciendo que «Téngase por no escritos cuantos libros de poesía aparecieron antes con mi nombre», dando a entender que comenzaba una nueva era poética, y luego confiesa que «en mi arte caben todas las escuelas, como en un rayo de sol todos los colores».
  12. Fiat lux [Poemas varios] (Madrid: Pueyo, 1908), antología poética, donde divide sus creaciones en tres clases: Clásicos, Románticos y Modernistas.
  13. El Dorado: epopeya salvaje (Santiago de Chile: Ed. Beltrán, 1908), poemario.
  14. Puerto Rico lírico y otros poemas (Puerto Rico, 1914).
  15. Ayacucho y los Andes (Lima, 1924), canto IV de una trunca epopeya dedicada al libertador Bolívar.
  16. Primicias de oro de Indias [poemas neo-mundiales] (Santiago de Chile: Imprenta Siglo XX, 1934), selección de poesías realizada por el mismo autor; es una edición artística, con ilustraciones.
  17. Poemas del amor doliente (edición póstuma, Santiago de Chile: Editorial Nascimento, 1937), dedicada a Margarita Aguilar Machado, su tercera pareja.
  18. Oro de Indias (Santiago de Chile, Editorial Nascimento, 1940-1941), colección de sus poemas organizados de manera cíclica en cuatro volúmenes: Pompas Solares; Fantasía Errante; Sangre Incaica (Estampas Neoyorquinas y Madrileñas); y Nocturnos Intensos.
  19. Páginas de oro (1944), que reúne poesías juveniles y facsímiles de manuscritos originales, junto con algunos documentos gráficos de su vida.

Teatro

  1. Sin nombre (1896)
  2. El nuevo Hamlet (1899)
  3. Vendimiario (1900)
  4. Ingénito (1902)
  5. El hombre sin mundo (1903)
  6. Mundo rural y urbano
  7. Los conquistadores (1906)

Prosa

  1. Idearium tropical - Apuntes sobre las dictaduras organizadoras y la gran farsa democrática (1922).
  2. La coronación de José Santos Chocano (Lima: Imprenta La Opinión Pública, 1924).
  3. El libro de mi proceso, en tres volúmenes (1927-1928), escritas durante su prisión de 1925-1927 en torno al juicio que sufrió a consecuencia del asesinato de Edwin Elmore
  4. El escándalo de Leticia ante las conferencias de Río de Janeiro (1933) folleto sobre el conflicto peruano-colombiano de 1932-1933.
  5. El alma de Voltaire y otras prosas (1940), reflexiones literarias.
  6. Memorias. Las mil y una aventuras (Santiago de Chile: Nascimento, 1940), recopilación de sus artículos de carácter autobiográfico, publicados en diversos diarios de América. Abarca solo hasta su llegada a España en 1905.

Obras completas

Sánchez ha editado también la única y mejor biografía sobre Chocano: Aladino o vida y obra de José Santos Chocano (México, 1960; revisado en 1974). Asimismo, editó de manera densa y pulcra las Obras escogidas de Chocano (Lima, Occidental Petroleum Company, 1988).
Poema:
Nostalgía
Hace ya diez años
que recorro el mundo.
¡He vivido poco!
¡Me he cansado mucho!

Quien vive de prisa no vive de veras,
quien no echa raíces no puede dar frutos.

Ser río que recorre, ser nube que pasa,
sin dejar recuerdo ni rastro ninguno,
es triste y más triste para quien se siente
nube en lo elevado, río en lo profundo.

Quisiera ser árbol mejor que ser ave,
quisiera ser leño mejor que ser humo;
y al viaje que cansa
prefiero terruño;
la ciudad nativa con sus campanarios,
arcaicos balcones, portales vetustos
y calles estrechas, como si las casas
tampoco quisieran separarse mucho...
Estoy en la orilla
de un sendero abrupto.

Miro la serpiente de la carretera
que en cada montaña da vueltas a un nudo;
y entonces comprendo que el camino es largo,
que el terreno es brusco,
que la cuesta es ardua,
que el paisaje es mustio...
¡Señor! ¡Ya me canso de viajar! ¡Ya siento
nostalgia, ya ansío descansar muy junto
de los míos!... Todos rodearán mi asiento
para que les diga mis penas y mis triunfos;
y yo, a la manera del que recorriera
un álbum de cromos, contaré con gusto
las mil y una noches de mis aventuras
y acabaré en esta frase de infortunio:
—¡He vivido poco!
¡Me he cansado mucho!
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Frase Celebre:Es el punto de vista que el da sobre vivir; y el como ansía poder descansar eternamente con sus seres queridos.

4) Amado Nervo
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Biografía:

Primeros año

Cuando tenía nueve años murió su padre, dejando a la familia en situación económica comprometida. Otras dos muertes habrían de marcar su vida: el suicidio de su hermano Luis, que también era poeta, y el retorno "a la fuente de gracia de donde procedía" de su amada Ana Cecilia Luisa Daillez.
Aprendió a leer en un libro de cocina que era de su mama. Sus primeros estudios los cursó en Michoacán; primero en Jacona, en el Colegio de San Luis Gonzaga, donde se destacó por su inteligencia y cumplimiento, después en Zamora estudió ciencias, filosofía y el primer año de leyes en el Seminario aun cuando abandonó los estudios rápidamente en 1891.2​ Las urgencias económicas le hicieron desistir y lo obligaron a aceptar un trabajo de escritorio en Tepic y trasladarse después a Mazatlán, donde alternaba sus deberes en el despacho de un abogado con sus artículos para El Correo de la Tarde.

Colaboración en revistas y periódicos

En 1894 prosiguió su carrera en Ciudad de México donde empezó a ser conocido y apreciado y colaboró en la Revista Azul de Manuel Gutiérrez Nájera. Se relacionó con escritores mexicanos como Luis G. Urbina, Tablada, Dávalos, y con algunos extranjeros como Rubén DaríoJosé Santos Chocano y Campoamor. Formó parte de la redacción de El UniversalEl Nacional y El Mundo. En este último se oficializa su colaboración incluyéndolo en el directorio del periódico hasta el 27 de junio de 1897. A partir del 24 de octubre de ese año, El Mundo lanza un suplemento humorístico llamado El Mundo Cómico y Amado Nervo asume su dirección. El 2 de enero de 1898 la publicación se separa de El Mundo y se instituye como independiente, además de que cambia su nombre a El Cómico. Nervo se hace famoso después de la publicación de su novela El bachiller (1895) y de sus libros de poesía Perlas negras y Místicas (1898). Entre 1898 y 1900 fundó y dirigió con Jesús Valenzuela la Revista Moderna, sucesora de la Revista Azul.

Estancia en Europa

En 1900 viajó a París, enviado como corresponsal del periódico El Imparcial a la Exposición Universal. Allí se relacionó con Catulle Mendès, Moréas, Valencia, Lugones, con Oscar Wilde, y otra vez con Darío, con quien estableció una fraternal amistad, pero posiblemente le influyó más su primer encuentro con Ana Cecilia Luisa Daillez, el gran amor de su vida, cuya prematura muerte en 1912 le inspiraría los poemas de La amada inmóvil, publicado póstumamente en 1922. Con su estancia en Europa tiene la oportunidad de viajar por varios países y de escribir Poemas (1901), El éxodo y las flores del caminoLira heroica (1902), Las voces(1904) y Jardines interiores (1905). Vuelve a tener trato con la pobreza y la soledad después de que El Imparcial le canceló la corresponsalía y tuvo que atenerse a sus propias fuerzas para poder vivir.3

Últimos años

Su cadáver fue conducido a México por la corbeta Uruguay, escoltada por barcos argentinos, cubanos, venezolanos y brasileños. En México se le tributó un homenaje sin precedente. Fue sepultado en la Rotonda de las Personas Ilustres (antes llamada Rotonda de los Hombres Ilustres), el 14 de noviembre de 1919.5​A su vuelta a México ya era un poeta consagrado. Atendió fugazmente puestos docentes y burocráticos: ganó una plaza de profesor de lengua castellana en la Escuela Nacional Preparatoria, nivel equivalente al de bachillerato superior de otros países. Hacia 1905 ingresó en la carrera diplomática como secretario de la embajada de México en Madrid, donde trabó amistad con el director de la revista AteneoMariano Miguel de Val, y escribió artículos para ésta y otros muchos periódicos y revistas españoles e hispanoamericanos. A más de cumplir decorosamente con su encargo diplomático, aumentó su bibliografía, entre otros libros, con el estudio Juana de Asbaje (1910); de poesía: En voz baja (1909), Serenidad (1915), Elevación (1917) y La amada inmóvil que fue póstumo; en prosa Ellos, (1912), Mis filosofías y Plenitud(1918). En 1914 la Revolución interrumpió el servicio diplomático y se impuso su cese, lo que le hizo acercarse otra vez a la pobreza; regresó al país en 1918 y volvió a ser reconocido como diplomático, por lo que poco después fue enviado como ministro plenipotenciario en Argentina y Uruguay. Llegó a Buenos Aires en marzo. Se dice que una situación fortuita impídió un encuentro en esta ciudad entre él y el compositor argentino Ernesto Drangosch (1882-1925), quienes se apreciaban de antemano sin conocerse. El hecho es que Drangosch musicalizó cuatro de los poemas de Nervo: En pazAmemosOfertorio y Un signo. Nervo falleció en Montevideo el 24 de mayo de 1919, a los 48 años; representaba su país en el Congreso Panamericano del Niño, y se encontraba en compañía de su amigo Juan Zorrilla de San Martín, que lo asistió en sus últimos momentos.
Bibliografía:

Novelas

  • El bachiller (1895).
  • El donador de almas (1899).
  • El diablo desinteresado (1916).

Poesía[editar]

  • Perlas negras (1898).
  • Místicas (1898).
  • Poemas (publicada en París en 1901).
  • El éxodo y las flores del camino (1902).
  • Lira heroica (1902).
  • Los jardines interiores (1905).
  • En voz baja (1909).
  • Serenidad (1912).
  • Elevación (1916).
  • El estanque de los lotos (1919).
  • El arquero divino (1919).
  • La amada inmóvil (1922).
  • En Paz (1915).

Cuento

  • Almas que pasan (1906).
  • Ellos, prosa.
  • Plenitud, prosa (1918).
  • Los balcones, cuento y crónica.

Ensayo

Dos novelas: Pascual Aguilera y El donador de almas de 1899 ; una zarzuela, Consuelo, puesta en metro músico por Antonio Cuyàs y estrenada en el Teatro Principal de la ciudad de México en 1899.
La vida del poeta fue llevada al cine por el director argentino Luis Bayón Herrera en 1945 en "La amada inmóvil", protagonizada por Santiago Gómez Cou y Homero Cárpena entre otros.
Poema:
El Retorno
"Vivir sin tus caricias es mucho desamparo; 
vivir sin tus palabras es mucha soledad; 
vivir sin tu amoroso mirar, ingenuo y claro, 
es mucha oscuridad..." 

Vuelvo pálida novia, que solías 
mi retorno esperar tan de mañana, 
con la misma canción que preferías 
y la misma ternura de otros días 
y el mismo amor de siempre, a tu ventana. 

Y elijo para verte, en delicada 
complicidad con la Naturaleza, 
una tarde como ésta: desmayada 
en un lecho de lilas, e impregnada 
de cierta aristocrática tristeza. 

¡Vuelvo a ti con los dedos enlazados 
en actitud de súplica y anhelo 
-como siempre-, y mis labios no cansados 
de alabarte, y mis ojos obstinados 
en ver los tuyos a través del cielo! 

Recíbeme tranquila, sin encono, 
mostrando el deje suave de una hermana; 
murmura un apacible: "Te perdono", 
y déjame dormir con abandono, 
en tu noble regazo, hasta mañana...
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Frase Celebre: Nos relata el como extraña a su amada, que por alguna razón la perdió; el como anhela estar con ella de vuelta.